Impacto del cambio climático en fertilidad humana | IMF Easyfiv

¿Cómo el cambio climático afecta la fertilidad humana?

30 de Julio de 2025

Cuando hablamos de cambio climático, solemos pensar en el deshielo de los polos, el aumento del nivel del mar o los fenómenos meteorológicos extremos. Sin embargo, sus efectos van mucho más allá del medio ambiente: también influyen en aspectos fundamentales de nuestra salud, incluida la fertilidad humana.

Aunque esta relación puede parecer lejana, factores como la contaminación, el calor extremo o la exposición a sustancias químicas tóxicas tienen un impacto directo en nuestra capacidad reproductiva. Desde alteraciones hormonales hasta una menor calidad de óvulos y espermatozoides, el entorno en el que vivimos está jugando un papel cada vez más relevante en la salud reproductiva de mujeres y hombres.

En este artículo, analizamos cómo el contexto medioambiental puede afectar a quienes buscan un embarazo, ya sea de forma natural o a través de tratamientos de reproducción asistida, y qué podemos hacer para cuidarnos. 

¿Qué tiene que ver el cambio climático con la fertilidad?

Factores como el aumento de las temperaturas, la contaminación ambiental y la presencia de sustancias químicas en nuestro día a día afectan directamente al sistema hormonal y reproductor.

El calor extremo, por ejemplo, puede reducir la calidad del esperma y alterar la ovulación. La contaminación del aire se ha relacionado con una menor tasa de implantación embrionaria y un aumento del riesgo de abortos. Además, ciertos compuestos presentes en plásticos, pesticidas o cosméticos (llamados disruptores endocrinos) pueden interferir en la producción de óvulos y espermatozoides.

Factores medioambientales concretos que afectan la fertilidad

La fertilidad humana es especialmente sensible a determinados factores ambientales que están intensificándose debido al cambio climático y al estilo de vida moderno. A continuación, repasamos los más relevantes:

  • Contaminación del aire: Exponerse de forma continuada a contaminantes como dióxido de nitrógeno (NO₂), ozono (O₃) o partículas en suspensión (PM₂.₅) puede reducir la calidad del esperma y afectar los ciclos menstruales. Además, se han relacionado con un mayor riesgo de abortos espontáneos, preeclampsia y partos prematuros.

  • Disruptores hormonales: Sustancias químicas como los ftalatos, el bisfenol A o ciertos pesticidas actúan como disruptores endocrinos, alterando el equilibrio hormonal. Estas moléculas pueden interferir en la ovulación, reducir la reserva ovárica y afectar la receptividad endometrial. En los hombres, disminuyen la concentración espermática y aumentan la fragmentación del ADN espermático.

  • Calor extremo y estrés térmico: El aumento sostenido de las temperaturas afecta a la espermatogénesis (producción de esperma), que requiere condiciones frescas. En las mujeres, el calor excesivo puede alterar la función ovárica y la regularidad del ciclo. También se ha observado un aumento de problemas en la implantación embrionaria en épocas de calor extremo.

  • Cambios en los ciclos estacionales: El clima afecta a nuestros ritmos biológicos. La alteración de la luz natural, la duración del día y la temperatura puede influir en la secreción hormonal que regula la ovulación y la menstruación, y, en consecuencia, en la calidad de los gametos.

¿A quién afecta más?

Aunque los efectos del cambio climático sobre la fertilidad pueden afectar a cualquier persona, existen ciertos grupos más vulnerables a sus consecuencias.

  • Personas con problemas previos de fertilidad: Quienes ya presentan baja reserva ovárica, calidad espermática reducida o patologías reproductivas (como endometriosis o síndrome de ovario poliquístico) son especialmente sensibles a los factores ambientales. La exposición a calor extremo o contaminantes puede agravar estas condiciones y reducir aún más las posibilidades de embarazo.
  • Habitantes de zonas urbanas y contaminadas: La concentración de contaminantes en áreas metropolitanas eleva el riesgo de alteraciones hormonales, reducción en la calidad de los gametos y fallos en los tratamientos de reproducción asistida. Además, estas zonas suelen tener menos espacios verdes, lo que se asocia a un mayor estrés físico y emocional.
  • Trabajadores expuestos a químicos o altas temperaturas: Quienes trabajan en la agricultura, la industria, la construcción o el transporte están más expuestos a pesticidas, disolventes o calor constante. Estas condiciones pueden alterar la función hormonal, dañar los gametos y reducir la capacidad reproductiva con el tiempo.
  • Generaciones futuras: Factores ambientales pueden modificar también la expresión genética a través de mecanismos epigenéticos, afectando la salud reproductiva de los hijos e incluso de los nietos. La exposición durante el embarazo a tóxicos o al estrés térmico puede alterar el desarrollo del sistema reproductor del feto.

¿Podemos hacer algo? Cómo proteger nuestra fertilidad

Aunque no podemos controlar el entorno global, sí podemos tomar medidas para proteger nuestra fertilidad frente a los efectos del cambio climático y la exposición ambiental. La prevención y el cuidado diario marcan la diferencia.

1. Minimiza la exposición a tóxicos ambientales

Evita el contacto con pesticidas, plásticos con bisfenol A (BPA), ftalatos o productos cosméticos con disruptores hormonales. Opta por alimentos ecológicos cuando sea posible, reduce el uso de envases de plástico y ventila los espacios cerrados con frecuencia.

2. Cuida tus hábitos diarios

Una alimentación equilibrada, rica en antioxidantes, frutas y vegetales, contribuye a proteger los óvulos y espermatozoides del daño oxidativo. La actividad física moderada y regular mejora el equilibrio hormonal y la circulación. Además, el control del estrés —a través de técnicas como la meditación o el descanso adecuado— también favorece el equilibrio reproductivo.

3. Realiza un estudio de fertilidad preventivo

No es necesario estar buscando un embarazo para consultar a un especialista. Un estudio de fertilidad permite conocer el estado actual de la reserva ovárica o seminal, anticiparse a posibles dificultades y tomar decisiones con más información.

 4. Considera la preservación de la fertilidad

Si tienes entre 18 y 35 años y estás expuesta/o a condiciones medioambientales adversas o deseas posponer la maternidad o paternidad, vitrificar ovocitos o congelar esperma puede ser una buena opción. Así, aseguras tus gametos en un momento óptimo.


Si te preocupa cómo puede influir el entorno en tu fertilidad, en IMF Easyfiv, clínicas de fertilidad y reproducción asistida, te ofrecemos una primera visita gratuita para estudiar tu caso de forma personalizada y orientarte con claridad desde el primer momento.

Solicita tu primera cita gratuita

Clínica (*)
Fecha (*)
Horario (*): Seleccione una clínica y una fecha
¡Comparte en tus redes sociales!
logo-imf
Un proyecto conjunto de

Easyfiv S.L. - Todos los derechos reservados
Aviso Legal | Política de privacidad | Política de Cookies
Información relativa a las cookies
Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Puede cambiar la configuración u obtener más información sobre nuestra política de cookies aquí.
[Aceptar]