Aquellos que la padecen, presentan unos niveles de azúcar (o glucosa) en la sangre aumentados. Se distinguen dos tipos de diabetes: Tipo 1 y Tipo 2. Mientras que la segunda suele surgir en edades avanzadas, la primera generalmente debuta en gente joven y requiere un tratamiento con insulina.
Zineb Meski, especialista en reproducción asistida en EasyFIV, subraya la importancia de “llevar un buen control de los niveles de azúcar”, pues esta enfermedad “puede afectar a los nervios”. De hecho, un alto nivel de glucosa podría derivar en una neuropatía diabética.
En ese sentido, y en terreno de la fertilidad masculina, “este daño puede tener consecuencias sobre los nervios de la zona genital y podría conllevar problemas de eyaculación”. Por ello, la doctora recomienda “tener un buen control metabólico y apostar por la prevención, quepasa por no saltarse las revisiones y consultar al médico siempre que sea necesario”. De este modo los problemas “se pueden reducir, retrasar o inclus oevitar”, explica Lacárcel.
Tal y como advierte la Dra. Meski, “es fundamental que las diabéticas gestantes estén controladas, para evitar abortos o malformaciones. Además, estas mujeres pueden tener hijos prematuros o de bajo peso al nacer, así como niños macrosómicos, es decir, recién nacidos que pesan más de 4,5kg y que, a su vez, pueden tener problemas de hipoglicemia”.
¿Qué hay que hacer? Antes de buscar al bebé, se recomienda realizar la prueba de hemoglobina glucosilada. Se trata de un examen que, explicado en términos generales, indica cómo ha sido el control de azúcar en una persona con diabetes. “Cuando este parámetro está regulado, entonces es un buen momento para quedarse embarazada”.Hay que hacer, por lo tanto, un estudio preconcepcional.
Todas las embarazadas pasan por el test O’Sullivan alrededor de la semana 24 de gestación. Ahora bien, si la mujer presenta riesgo (familiares diabéticos, obesidad, antecedentes de diabetes en embarazos anteriores, es mayor de 35 años de edad) se realiza antes, en el primer trimestre, y se suele repetir en el segundo. Si da positivo, es necesaria otra prueba más con carácter confirmatorio. En ese caso, “se establece una dieta estricta –especialmente con los hidratos de carbono- y sea conseja el ejercicio moderado”, asegura la doctora, quien añade que estas pacientes están bajo la supervisión de un ginecólogo y de un endocrino.
Aproximadamente un mes después de haber dado a luz se debe estudiar si han recuperado su metabolismo. Lo hayan recuperado o no, siempre serán más propensas a desarrollar diabetes tipo 2.
En todo caso, el mensaje que traslada la ginecóloga es de “hablar con los especialistas para paliar o descartar problemas y realizar las revisiones oportunas”.