"Eso son dolores propios de menstruación, es lo normal". Esta es la respuesta que han escuchado miles de mujeres al quejarse de los dolores que sufren cuando tienen la regla. Dolores que en no pocos casos pueden ser tan intensos como un cólico nefrítico o un ataque al corazón. Dolores que pueden provocar náuseas, vómitos e incluso desvanecimientos. Dolores, en suma, que impiden a las mujeres desarrollar una vida normal y que, por muchas veces que se repita, no son normales.
Deberíamos de entender que un dolor de regla que priva a una mujer de ir a trabajar o a la facultad no es algo leve y es importante que las mujeres y la sociedad lo asumamos y nos neguemos a aceptarlo como normal. Los prejuicios no hacen más que aumentar el dolor, en muchos de esos casos, el dolor es síntoma de una enfermedad que afecta a más de 170 millones de mujeres en el mundo, pero que es ignorada por parte de la sociedad y minusvalorada por parte de la comunidad médica: la endometriosis. En España la sufren más de un millón de mujeres, aunque este número podría superar los dos millones según algunas estimaciones. Es una enfermedad que se produce con tanta frecuencia que ni siquiera se conoce el porcentaje real de afectadas. Se calcula que la padecen entre 10% y el 15% de las mujeres, quizás incluso pudiera afectar al 20%
La endometriosis es una enfermedad crónica y benigna que afecta a mujeres en edad reproductiva, y en la cual el endometrio, un tejido o mucosa que recubre el interior del útero y cuya función es la de alojar al cigoto cuando una mujer se queda embarazada, crece fuera del útero, comúnmente en las trompas de falopio, los ovarios o áreas circundantes.
Pero, pese a ser una de las enfermedades ginecológicas más comunes y ser considerada responsable de la mitad de todos los casos de infertilidad que carecen de explicación médica, en la actualidad no se sabe el origen de esta enfermedad.
El caso de la endometriosis es solo una muestra más del machismo que ha imperado durante décadas en el mundo de la medicina y que sigue teniendo reflejo en la actualidad. En Estados Unidos los Institutos Nacionales de Salud financian los estudios sobre diabetes, una enfermedad que afecta a cerca de 14 millones de mujeres, con 100 veces más dinero que los que se hacen sobre endometriosis, que afecta a unas 8 millones de mujeres en ese país.
El desconocimiento sobre esta enfermedad y la falta de inversión en investigación hace que diversos colectivos exijan que se hable más de la enfermedad. Para ello, el pasado sábado, 11 de marzo, se ha celebrado la Marcha Mundial por la Endometriosis, con la que los organizadores pretenden "concienciar a la sociedad" de la problemática que representa esta enfermedad y de reconocer que "necesita más investigación y recursos".
Pero además de la falta de investigación, las mujeres con endometriosis se enfrentan al hecho de que culturalmente la sociedad ha aceptado que la regla duele y eso no tiene razón para ser así. la regla no debería doler, aunque es algo que hemos aceptado como normal y por eso muchas mujeres no se toman la molestia de consultarlo.
Pero el problema no solo afecta a las mujeres que consideran que los dolores de la regla son normales o que son conforman parte del bagaje "ser mujer, lo grave del asunto es que existe una discriminación real contra las mujeres ya que toda la sociedad, bastantes médicos incluidos, tienen esta visión sesgada y discriminatoria que hace que la mujer sufra y aguante más de lo que debería.
Algunos estudios han mostrado que el retraso medio desde que aparecen los síntomas hasta que se diagnostica es de más de 6 años. Llegándose a un retraso de ocho años en el diagnóstico Además, las mujeres afectadas por dismenorrea, como se conoce el dolor menstrual agudo, pueden llegar a perder hasta 10 horas de trabajo a la semana, con el estigma social que ello implica.
Desde EasyFIV se insiste en los ginecólogos y médicos en particular, y la sociedad en general, se debería prestar más atención a todas esas mujeres a las cuales no se les hace el caso necesario. “Como regla general no es admisible que la regla tenga que ser dolorosa”, afirma la doctora Garijo, fundadora de las clínicas.