Ha sido tras el descubrimiento del hecho de que los ovarios no son controlados únicamente por las hormonas sino que también lo son por la actividad del sistema nervioso, cuando investigadores de la Universidad de Chile han demostrado la relación que tienen los estímulos externos con este problema, a partir del síndrome del ovario poliquístico. Más de un 70 por ciento de las mujeres que poseen esta patología son infértiles.
El estrés, como explica
Doris Riquelme, psicóloga clínica de la
Universidad de Chile, puede generarse a partir de “estímulos estresores”, que tienen su origen tanto en el interior como en el exterior de las personas. Entre los primeros se encuentra la autoexigencia y la necesidad de control, mientras que en los segundos influye la cantidad de trabajo, el poco tiempo y las altas expectativas ante situaciones particulares, entre otros. Todos estos factores influyen en cuatro dimensiones: corporal, afectiva, conductual y cognitiva.
Es a partir de estos estímulos que producen estrés por lo que “se secreta más testosterona, la que produce una de las patologías de mayor frecuencia en las mujeres dentro de edad fértil: el síndrome de ovario poliquístico”, como señala el profesor Lara. Esto significa “que los folículos que van a ovular, es decir, los que van a crecer y se van a romper para liberar el ovocito, no siguen su desarrollo. Es por esto que en el ovario se acumulan estas estructuras, lo que impide próximas ovulaciones y al no ovular se hace infértil”.
Este fenómeno se produce porque, como han demostrado en un trabajo desarrollado interdisciplinariamente por más de diez años, no son sólo las hormonas las que controlan los ovarios, sino que además influye el sistema nervioso autonómico, lo que repercute en la ovulación y en la producción hormonal.
A nivel internacional, según cifras del Ministerio de Salud, los casos de infertilidad afectan entre un 40 y un 45% a mujeres y entre un 35 y 40% de los casos a hombres. El doctor Miranda agrega que la infertilidad es un problema que en Chile afecta alrededor de un 15% de las parejas que conviven, fenómeno que ha crecido “porque las mujeres están posponiendo su disposición al embarazo”.
Si antes las mujeres buscaban embarazarse de los 20 a 25 años, actualmente esto se da sobre los 30 y 35 años, situación por la que “la fertilidad espontánea es mucho menor, por lo tanto estamos enfrentando un problema bastante complejo: que cada día se hace más difícil generar embarazos”, explica el doctor que ha participado de las investigaciones respecto a este tema.
Pero no sólo es el estrés un factor que puede influir en la aparición de este síndrome. Experiencias traumáticas, pérdidas de seres queridos, trastornos nerviosos como la anorexia y entrenamientos físicos excesivos pueden repercutir en que las mujeres queden sin menstruación.
Es por estas causas, ente otras muchas que en
EasyFIV propongamos el fomentar que las mujeres que buscan embarazos en edades mayores puedan guardar sus óvulos a edades jóvenes, que van a conservar una capacidad reproductiva mayor.