El último paso de un tratamiento de Fecundación in Vitro es la transferencia de embriones: un momento clave donde los embriones obtenidos son transferidos al útero materno, y es entonces cuando empieza la famosa betaespera hasta confirmar si el proceso ha resultado exitoso. En estos días, es habitual que las mujeres noten ciertos síntomas en su cuerpo, lo que nosotros llamamos “síntomas post-transfer”. Ten en cuenta que la Fecundación in Vitro es un proceso que, aunque en principio no es complicado, conlleva una fase de estimulación hormonal que puede provocar algunos cambios en nuestro cuerpo, aunque no tenemos porqué preocuparnos.
Algunas mujeres pueden sentir preocupación por los síntomas posteriores a la fecundación in vitro. Dichos síntomas no se dan en todos los casos, teniendo en cuenta además que no todas las pacientes pasan por el mismo proceso. Por lo general, la transferencia de embriones es un procedimiento sencillo y solo necesitarás reposar cerca de media hora, antes de regresar a tu hogar.
Debes tener en cuenta que antes de iniciar el tratamiento FIV, solemos tratar con hormonas, a fin de estimular la creación ovárica, lo cual tiende a producir en tu cuerpo algunos efectos que pueden exteriorizarse en un periodo posterior a la transferencia. Dejando a un lado la estimulación hormonal, algunos síntomas pueden producirse por los mismos tratamientos en sí, por la colocación del catéter durante la transferencia embrionaria.
Son muchos aspectos a tener en cuenta una vez que se realiza la transferencia. Y si no tiendes a manejar muy bien el estrés, eso puede desencadenar alguna sintomatología, de la que tampoco debes preocuparte.
Pero para que no haya lugar a dudas, desde las clínicas de reproducción asistida EasyFIV hacemos un repaso por los síntomas más comunes en las pacientes durante el periodo post-transfer:
Este es un síntoma muy común que puede aparecer pocos días después de realizarte el último paso de la FIV. Es posible que se dé sin la presencia de otros síntomas, así que no debes preocuparte.
Tampoco es un signo grave la aparición de pequeños sangrados, que se pueden parecer a los primeros días de la regla. Estos son muy normales por el proceso de transferencia embrionaria, ya que al introducir una cánula de transferencia, éste puede producir roces en el cuello uterino, lo que produce este pequeño sangrado.
Podrás comprobar como tienen una duración de dos a tres días, que es el tiempo que necesitan para ir desapareciendo. En caso de que este sangrado persista o sea abundante, se debe consultar con el ginecólogo para averiguar la causa y actuar rápido en caso necesario.
Este efecto tiene su origen, precisamente, en el tratamiento hormonal que solemos administrar para la estimulación de los ovarios, justamente antes de realizar el proceso de transferencia.
Al estar tomando progesterona y estrógenos es habitual acumular líquido en el área de los pechos. Ante estos efectos, el especialista te puede recomendar la toma de analgésicos, en caso de que las molestias te hagan más difíciles los días. Pero, en principio, no es necesario tomar medicamento alguno.
Estos efectos también son propios del tratamiento hormonal, aunque muchas mujeres los pueden sentir más acentuados, debido al estrés y la ansiedad que les provoca la incertidumbre y todo el proceso que conlleva un tratamiento FIV. Una forma de mejorar esto es realizar actividades que te motiven y te mantengan con una mentalidad positiva.
Otro síntoma post-transfer muy común es presentar ganas de orinar de manera muy frecuente. Esto se debe a un aumento de los niveles de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), la cual produce dicho síntoma.
No sentirás más que la molestia de tener que ir al baño de manera más seguida. Lo importante es que mantengas una adecuada hidratación. También llevar una dieta rica en vitaminas y minerales es muy importante en este caso.
Al mismo tiempo, pueden producirse algunos dolores abdominales y lumbares, o darse la presencia de cólicos y algunos mareos.
No todas las mujeres reaccionan del mismo modo a un tratamiento de fertilidad, por ello, después de una transferencia de embriones, puede suceder que algunas pacientes noten otro tipo de síntomas como dolor menstrual, hinchazón, somnolencia, retención de líquidos o incluso altibajos emocionales, entre otros. También existe la posibilidad de que no se llegue a detectar ningún síntoma post-transfer, pues cada mujer puede experimentar sensaciones muy distintas. Lo mejor es no preocuparse en exceso e intentar llevar una vida normal en esas dos semanas antes de la beta que nos confirme si existe el embarazo.
Si sigues las recomendaciones de los especialistas, descansando las horas necesarias y mantienes un estado emocional adecuado, evitando la ansiedad y el estrés, verás como pasas las semanas sin problema alguno. Las distracciones son necesarias en este periodo, así que, si te sometes a este tipo de tratamientos de fertilidad, te recomendamos que crees un horario diario de actividades compatibles que, sobre todo, te entretengan.
Aún así, si detectas algún síntoma poco común o tienes dudas, te recomendamos consultar directamente con tu especialista en reproducción asistida. Sabemos que los días posteriores a la transferencia de embriones son de vital importancia, pues pronto se podrá saber si el resultado del tratamiento FIV ha sido positivo o no, y por ello es importante poder hacer un seguimiento y actuar rápidamente en caso de cualquier anomalía.
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